La OCU advierte: Los quesos que has comprado muchas veces en el supermercado y que son un peligro para la salud

Lo que hay detrás del queso que no se derrite. Pocas cosas generan tanto revuelo como las experiencias compartidas en torno a lo que comemos. Especialmente si esas experiencias incluyen un escándalo en la charcutería o una revelación inquietante sobre lo que estamos llevando a casa. Los artículos que relatan decepciones o sorpresas con productos ... Leer más

Jun 17, 2025 - 06:10
 0
La OCU advierte: Los quesos que has comprado muchas veces en el supermercado y que son un peligro para la salud

Lo que hay detrás del queso que no se derrite.

Pocas cosas generan tanto revuelo como las experiencias compartidas en torno a lo que comemos. Especialmente si esas experiencias incluyen un escándalo en la charcutería o una revelación inquietante sobre lo que estamos llevando a casa. Los artículos que relatan decepciones o sorpresas con productos alimentarios conectan con una audiencia que busca consumir con más consciencia, y que no quiere que la engañen mientras hace la compra.

Es fácil entender por qué: la alimentación es cotidiana, íntima y, sobre todo, compartida. Si algo huele mal en nuestro plato —aunque parezca queso—, queremos saberlo y contarlo. Por eso, no sorprende que lo ocurrido con el queso en lonchas esté dando tanto de qué hablar en redes sociales y en la televisión.

Porque seamos honestos, es casi inevitable que el queso acabe en la cesta del supermercado. Nos gusta en todos sus formatos, y hay uno que usamos constantemente por su practicidad: el queso en lonchas.

La trampa del “queso” barato.

Sin embargo, en los últimos días, este producto ha protagonizado una serie de vídeos virales donde se le pone a prueba con un mechero. El resultado es inquietante: en lugar de fundirse, se quema como si fuera un fragmento de plástico. ¿Cómo es posible que algo tan común en nuestras neveras tenga una reacción tan anómala al calor?

La respuesta llega desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que advierte que muchos de estos productos no deberían siquiera llevar la etiqueta de queso. En lugar de los ingredientes esenciales de un buen lácteo, contienen grasas vegetales, almidones y otros aditivos que comprometen su calidad y también nuestra salud.

Los productos etiquetados como “fundido” o “para gratinar” son los más señalados. Su precio más económico atrae, pero su composición deja mucho que desear. De ahí la textura gomosa y esa reacción absurda al fuego que ha dejado a más de uno con la boca abierta.

Elegir bien también es ahorrar.

Frente a esto, la OCU recomienda decantarse por opciones más frescas y naturales. Quesos como la mozzarella, el requesón o el queso de Burgos, aunque no tan baratos como los procesados, suelen tener menos sal y grasa, y su perfil nutricional es más adecuado para el consumo habitual.

Claro que no todos los bolsillos pueden permitirse siempre lo mejor, pero la reflexión es clara: pagar un poco más por un producto auténtico puede ser más rentable que gastar menos en algo que apenas aporta nutrientes y podría perjudicar nuestra salud a largo plazo. Es una cuestión de equilibrio y de leer con atención las etiquetas.

Así que, la próxima vez que vayas a por tus lonchas favoritas, no te dejes llevar solo por el precio o por el envase llamativo. Mira con lupa los ingredientes, y recuerda que no todo lo que parece queso lo es. Como en muchas cosas en la vida, lo barato, a veces, sale caro.