Teníamos 15 años, de Nando López. Ilustraciones de Nicolás Castell
... Leer más La entrada Teníamos 15 años, de Nando López. Ilustraciones de Nicolás Castell aparece primero en El Placer de la Lectura.


Siempre que reseño una novela de Nando López, señalo que su literatura es necesaria. Lo triste es que tengo que reiterarlo cada vez más. Vivimos tiempos de incertidumbre en los que sufrimos una involución donde la intolerancia gana protagonismo.
Nando siempre ha estado muy involucrado en la lucha contra el acoso y la homofobia, dos fantasmas que aún campan a sus anchas no solo en patios de colegio, también en cualquier esquina. El arma que esgrime es la única eficaz y necesaria: la educación. Sin ella es imposible llegar a la conciliación. Un trabajo arduo que conlleva tiempo, demasiado tiempo, como para que hoy día un grupo de ignorantes eche por tierra todo lo conseguido a lo largo de los años.
Nando López es novelista, dramaturgo y doctor en Filología Hispánica. Su amplia bibliografía está plagada de galardones, llegando a ser finalista de los premios Max en varias ocasiones. Guionista y productor ejecutivo de la serie Red Flags, que partió de una idea suya. Su novela La edad de la ira también ha sido adaptada a la pantalla en formato miniserie. Todo esto no son más que pequeños retazos de la prolífica carrera de este gran profesional, solo superada por su gran humanidad y humildad.
La obra de López se podría dividir en literatura juvenil y adulta. Pero independientemente de dichas etiquetas, creo que de él hay que leerlo todo, porque los adultos también nos sentiremos identificados con sus historias protagonizadas por adolescentes. Una etapa por la que todos pasamos y que es bueno recordar para tratar de comprender a los que la están sufriendo.
En la adolescencia, donde tú eres tu peor enemigo; en la que crees conocer el mundo a la perfección, al mismo tiempo que sientes que nadie te comprende. Cuando a esta dificultad le sumamos el hándicap de que te señalen como diferente y la soledad y la desesperación son tus únicos compañeros, el apoyo de los amigos cobra mayor importancia, porque son imprescindibles.
En su último trabajo nos lleva por la senda de la nostalgia. En Teniamos 15 años realizamos un viaje hasta principio de los años noventa, a mil novecientos noventa y dos, concretamente. Aquel año en que teníamos aún toda la vida por delante, y nos la pintaban llena de éxitos en forma de olimpiadas y exposiciones universales. Una fachada bien blanqueada que escondía una estructura repleta de fisuras. Al igual que nuestras vidas, que a partir de entonces se tornaría más oscura al descubrir lo que era el mundo real, aquel protagonizado por los adultos que deseábamos ser, pero que dejaba atrás una niñez que no sabíamos que echaríamos de menos.
Lo bueno de este viaje es que podemos reconocernos tanto los que pasamos por ello, como los jóvenes que la viven ahora, por que el calendario tiene poco que ver en las etapas de la vida, las cuales no son más que ciclos parecidos generación tras generación, donde solo puede que cambie el entorno.
Esta vez el autor nos presenta a un Manu adulto que regresa después de muchos años a su pueblo, a su instituto, donde se fraguó la amistad con Vero y Rubén. Ahora él es profesor allí donde fue alumno al que se lo hicieron pasar mal; el lugar donde forjó su yo actual. Ha estado un tiempo alejado de la enseñanza, publicando su primera novela gráfica, en la que relataba cómo fue aquel curso de descubrimientos propios y extraños.
Esa misma obra es la que se intercala entre la historia del presente en una especie de metarrealidad, a través de la que nos llegan los hechos acontecidos entonces. Una ópera prima que se tornó única, cuando se le prometía un camino plagado de éxitos en esa carrera como dibujante.
Ese pasado llega en forma de cómic entre la prosa del presente. Y es que Nando se ha cobijado en una imponente sombra. Nicolás Castell, Graduado en Bellas Artes por la universidad de Granada, su amplia experiencia va desde ilustrador de libros infantiles y publicidad para grandes marcas como Mercedes Benz, SM o Times. Su carrera también esta atada a la literatura, como muestra con su trabajo como guionista y dibujante de Borges, el laberinto del infinito. Ha ejercido de docente, y ha expuesto su obra en varias galerías, llegando incluso a la W3 Gallery de Londres. Nando no podía tener mejor apoyo en ese hilo secundario en forma de cómic.
Las viñetas de Castell son el complemento perfecto a la prosa de López. La historia destila nostalgia gracias a sus tonos azules grisáceos y esos puntuales rojos que advierten momentos tensos. Predominan los primeros planos y medios, dando más relevancia a las expresiones faciales y corporales de los personajes que a los entornos. A través de gestos y miradas sobran palabras, dotando de estas lo imprescindible a esta parte gráfica de la historia.
Como a lo largo de la bibliografía de Nando López, hay mucho que analizar en su trabajo. A través de sus palabras nos descubrirnos a nosotros mismos, porque están hechas de verdad, de sentimientos y de emoción. En sus historias debemos quedarnos con que existen personas que se quieren, y que la intolerancia y el miedo solo provoca dolor.
Teníamos 15 años es una oda a la adolescencia. Una edad en la que las películas, la música y las lecturas formarán parte de nuestro ADN de igual forma que lo son las vivencias, las amistades, y, sobre todo, los enemigos.
Esta es una novela corta, pero que se hará aún más corta no solo por su parte gráfica —con la que disfrutaremos al igual que la textual—, sino al ritmo que le impone el autor, que provocará que no la soltemos hasta llegar a su final. Desearemos que, como le ofrecieron al propio protagonista de la historia, esta sea la primera de una saga que continúe con Teníamos 20 años, Teníamos 30 años… y así sucesivamente, porque necesitamos seguir sabiendo de ellos porque nos habremos enamorado de sus personajes.
Afirmaba José Luis Garci que el cine nos hace mejores personas. Yo creo que la literatura de Nando López también lo consigue. Continúa siendo muy necesario, más cuando esa realidad nos la hace llegar en forma de novelas tan originales y bonitas como esta, en la que para colmo nos embelesa introduciendo el noveno arte. Creo que historias como esta deberían ser obligatorias, porque debemos pararnos a pensar y recapacitar cuando el mundo equivocó la senda.
La entrada Teníamos 15 años, de Nando López. Ilustraciones de Nicolás Castell aparece primero en El Placer de la Lectura.