En China las películas de fantasmas están prohibidas. Así que los directores han tenido que ponerse creativos con cómo los introducen
China tiene una relación complicada con lo sobrenatural. La fuerte espiritualidad de su cultura unida a un gobierno que trata de formentar el progreso tecnológico ante todo ha dejado al entretenimiento en una posición un poco incómoda. Desde hace años, la representación de fantasmas en cine y televisión está prohibida, y es algo que se aplica a productos importados, con películas hollywoodienses como 'La cumbre escarlata' no pudiendo estrenarse en el país. Esto es un problema, porque independientemente de lo que opinen los organismos de regulación del país, las películas de fantasmas gustan mucho, y lo sabemos porque los directores chinos las han hecho de todas formas. En 2017, el mismo año que se aprobó una nueva ley para censurar ficciones que "promuevan cultos y supersticiones", se estrenaron varias que podían encajar con esas características. Una de las más sorprendentes fue 'The Door', una cinta que ocurre en una fábrica abandonada y coquetea con elementos paranormales y gore. 'The Door', Gao Bo, 2017 La clave está en saber esquivar la censura de forma astuta. En algunos casos esto significa usar algunos de los trucos más baratos de la historia del cine como "todo ha sido un sueño", así la película deja a la audiencia el mensaje que todo lo que han visto no es más que una fantasía. La otra ruta suele ser la contraria: dar una explicación científica que pueda perfectamente explicar lo que se ha visto. En el caso de 'The Door' nunca se llega a ver realmente un fantasma y todo está enmarcado en la consulta de un psiquátrico: es producto del delirio de una de las protagonistas. Las cintas que no pasan por el aro se arriesgan a la censura. Le pasó en 2016 a 'The Possesed', la ópera prima del joven Ma Kai apostaba por lo local con un mockumentary de terror rural, y se convirtió durante su etapa de festivales en una pequeña joya indie, asegurándole una proyección en Cannes. Pese a su formato meta que podía actuar de parapeto y su creciente fama, la película vio cancelado su estreno en el país por "problemas técnicos", un eufemismo allí para cuando algo no pasa la regulación. 'The Possesed', Ma Kai, 2016 Pese a que los cineastas chinos siguen intentando rebelarse con mayor o menor suerte, sus vecinos en Hong Kong y Taiwán no están sometidos a la misma jusrisdicción. Estas regiones sí tienen películas bastante populares de espíritus, algunas míticas del terror asiático como la taiwanesa 'El ojo' (que tuvo un pobre reboot americano con Jessica Alba). Otras de ellas, quizás un poco por efecto rebote y para desafiar la hegemonía cultural china, aprovechan para ensañarse con la violencia como la también taiwanesa 'Maleficio'. En Xataka Para que 125 aviones y 14 bombas llegaran a Irán, EEUU utilizó una de las tácticas más antiguas de la guerra: la perfidia La última de las opciones es sencillamente tener suerte. Si bien la ley es clara, en los últimos años se han visto casos de películas que no deberían haber entrado en el país con la ley vigente y que sin embargo lo han hecho. Es el caso de 'Coco', que pese a no ser una cinta de terror ocurre por completo en un reino espiritual al que no se le da explicación. Se ve que las expectativas de hacer mucho dinero también ayudan un poco a hacer la vista gorda. En Espinof | El chino Bi Gan salvó Cannes 2025 a última hora con una impresionante obra maestra que resucita el gran cine En Espinof | Por qué Netflix no está en China. Años de negociaciones no han podido evitar el mayor obstáculo del gigante asiático - La noticia En China las películas de fantasmas están prohibidas. Así que los directores han tenido que ponerse creativos con cómo los introducen fue publicada originalmente en Espinof por Miguel Solo .

China tiene una relación complicada con lo sobrenatural. La fuerte espiritualidad de su cultura unida a un gobierno que trata de formentar el progreso tecnológico ante todo ha dejado al entretenimiento en una posición un poco incómoda. Desde hace años, la representación de fantasmas en cine y televisión está prohibida, y es algo que se aplica a productos importados, con películas hollywoodienses como 'La cumbre escarlata' no pudiendo estrenarse en el país.
Esto es un problema, porque independientemente de lo que opinen los organismos de regulación del país, las películas de fantasmas gustan mucho, y lo sabemos porque los directores chinos las han hecho de todas formas. En 2017, el mismo año que se aprobó una nueva ley para censurar ficciones que "promuevan cultos y supersticiones", se estrenaron varias que podían encajar con esas características. Una de las más sorprendentes fue 'The Door', una cinta que ocurre en una fábrica abandonada y coquetea con elementos paranormales y gore.

La clave está en saber esquivar la censura de forma astuta. En algunos casos esto significa usar algunos de los trucos más baratos de la historia del cine como "todo ha sido un sueño", así la película deja a la audiencia el mensaje que todo lo que han visto no es más que una fantasía. La otra ruta suele ser la contraria: dar una explicación científica que pueda perfectamente explicar lo que se ha visto. En el caso de 'The Door' nunca se llega a ver realmente un fantasma y todo está enmarcado en la consulta de un psiquátrico: es producto del delirio de una de las protagonistas.
Las cintas que no pasan por el aro se arriesgan a la censura. Le pasó en 2016 a 'The Possesed', la ópera prima del joven Ma Kai apostaba por lo local con un mockumentary de terror rural, y se convirtió durante su etapa de festivales en una pequeña joya indie, asegurándole una proyección en Cannes. Pese a su formato meta que podía actuar de parapeto y su creciente fama, la película vio cancelado su estreno en el país por "problemas técnicos", un eufemismo allí para cuando algo no pasa la regulación.

Pese a que los cineastas chinos siguen intentando rebelarse con mayor o menor suerte, sus vecinos en Hong Kong y Taiwán no están sometidos a la misma jusrisdicción. Estas regiones sí tienen películas bastante populares de espíritus, algunas míticas del terror asiático como la taiwanesa 'El ojo' (que tuvo un pobre reboot americano con Jessica Alba). Otras de ellas, quizás un poco por efecto rebote y para desafiar la hegemonía cultural china, aprovechan para ensañarse con la violencia como la también taiwanesa 'Maleficio'.
La última de las opciones es sencillamente tener suerte. Si bien la ley es clara, en los últimos años se han visto casos de películas que no deberían haber entrado en el país con la ley vigente y que sin embargo lo han hecho. Es el caso de 'Coco', que pese a no ser una cinta de terror ocurre por completo en un reino espiritual al que no se le da explicación. Se ve que las expectativas de hacer mucho dinero también ayudan un poco a hacer la vista gorda.
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En Espinof | Por qué Netflix no está en China. Años de negociaciones no han podido evitar el mayor obstáculo del gigante asiático
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En China las películas de fantasmas están prohibidas. Así que los directores han tenido que ponerse creativos con cómo los introducen
fue publicada originalmente en
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Miguel Solo
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