El oficio del héroe, de Matt Kindt y David Lapham

Reseñamos la divertidísima y salvaje recopilación de historias realizadas por Matt Kindt y David Lapham a lo largo de la vida de Bad Idea, recogidas en un tomo único de la mano de Moztros.

Jun 25, 2025 - 23:50
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El oficio del héroe, de Matt Kindt y David Lapham
El oficio del héroe - Portada


Edición original: The Hero Trade, ENIAC #1,2,4, The Lot #2, The Hero Trade: Passive/Agressive, Odinn’s Eye #2, The Hero Trade: Sacred Heart, The Hero Trade: Project Quimera, The Hero Trade: Hudson, The Hero Trade 2 USA (Bad Idea, 2020-2024)
Edición nacional/España: Moztros, 2025
Guion: Matt Kindt
Dibujo: David Lapham
Traducción: Ezequiel Inverni
Maquetación y diseño: Mauro Mantella, Germán D’Agostino
Formato: Cartoné. 248 páginas, byn. 28,90€

Héroes a cuarto y mitad

La semana pasada reseñábamos por aquí ENIAC, la obra de Matt Kindt y Doug Braithwaite con la que se presentó en sociedad Bad Idea, la editorial nacida en 2019 de la mano de los responsables de la célebre etapa de Valiant de los 2010. Una editorial que se ha ganado el puesto de enfant terrible en el mercado USA con sus estrategias de promoción estrafalarias y su actitud gamberra, a veces más ruidosas que sus propias publicaciones.

Sin embargo, aquel dato no era del todo correcto. Y es que aunque ENIAC fue la primera obra publicada de manera oficial por Bad Idea, hubo una pequeña historia que vio la luz antes que ella. Una historia corta, de 8 páginas en blanco y negro, que apareció en las tiendas especializadas en 2020 sin previo aviso y sin créditos de los autores. Muchos libreros pensaron que aquello no era más que un trabajo autoeditado de algún autor emergente con mucha iniciativa, y se deshicieron de él tal y como llegó. Lo que no sabían es que tenían entre las manos una historia creada por Matt Kindt y David Lapham.

Hablamos de The Hero Trade, un irreverente relato en el que conocemos a un trapichero de poca monta que está vendiendo la mercancía más inesperada y más valiosa: el cuerpo por piezas del Capitán Fab, el mayor héroe de la ciudad, que cayó profundamente malherido tras una de sus batallas. Y ahora quien más y quien menos quiere su pedazo del pastel y contar con un trofeo del otrora invulnerable héroe.

El oficio del héroe - interior

Esa fue en realidad, la primera obra de Bad Idea. Una historieta que, evidentemente, alcanzó cifras exorbitantes en el mercado coleccionista dada su rareza y el poco caso que se le hizo inicialmente. Una carta de presentación con un equipo de lujo. En el caso del guion, no era raro encontrarse a Matt Kindt, uno de los grandes arquitectos de aquella Valiant y hombre de confianza de los mandamases de la compañía, además de autor de importantes obras independientes
como Mind MGMT, BRZRKR o Ether. En el dibujo sí que suponía una incorporación novedosa y de muchos quilates encontrar a David Lapham, reputadísimo autor de la fantástica Balas Perdidas.

Aquel primer relato, que podría haber sido una mera curiosidad para estrenar la editorial, se convirtió de algún modo en una especie de acorde constante en la vida de Bad Idea, pues una y otra vez sus autores regresaron a ella en forma de nuevas historias cortas, muchas de ellas como complemento de las grapas de las series principales, tales como ENIAC, El ojo de Odinn o La Parcela. Poco a poco, Kindt y Lapham fueron ampliando ese microcosmos de mala baba superheroica con historias coubicadas, a veces completamente independientes, a veces referenciadas entre ellas.

Leer todo este material no era fácil, pero en España hemos tenido el gran privilegio de poder contar, de la mano de Moztros, con la primera edición recopilatoria de todas estas series. Así, la licenciataria de Bad Idea en nuestro país nos trajo a principios de este año un tomo único bajo el título de El oficio del héroe, que contiene un total de once historias, todas las publicadas hasta aquel momento. Juntas conforman una lectura macarra y divertidísima, que retuerce con mofa y sarcasmo los arquetipos del género pijamero en un estilo que es inevitable comparar con el Garth Ennis de The Boys, aunque logra desarrollar su propia personalidad volcándose en una visión cruda y ácida de los bajos fondos muy en sintonía con esa Balas Perdidas de Lapham.

El oficio del héroe - interior

Así, tras esa primera historia, nos encontramos con Peso Muerto, otra historia de pringado dando un golpe demasiado grande para él, con hilarante giro final, al igual que Carnicería, que juega con el cliché del marido sospechoso amnésico para darnos el golpe de efecto en el último requiebro. Hay también sitio para historias más conectadas con el relato original, como Los 5 Fabulosos y Sagrado Corazón, que juegan con esas partes de Fab circulando por el mundo, pero en general los autores persiguen nuevas ideas lo más burras posibles. Pasivo/Agresivo forma un díptico descacharrante con una parodia de Batman altamente ofensiva. En Cinq Jet tenemos espacio para un listillo que se aprovecha de la tecnología superheroica, mientras que en Hudson Kindt nos rompe el corazón con una absurda historia de amor fruto de dicha tecnología. Paparazzi juega con la crítica al amarillismo por encima de todas las cosas, y cerramos con una secuela de la historia original, que añade contexto a su protagonista.

Cabe destacar por separado Proyecto Quimera, una historia especial que alcanza el centenar de páginas y que los autores desarrollaron como recompensa especial de aquella campaña de Kickstarter con la que Bad Idea pedía “ayuda para acabar con ella misma”, y que sirvió para lanzar una primera edición recopilatoria de todas estas historias. Proyecto Quimera, la historia más extensa hasta la fecha, nos adentra en un intrigante thriller psicológico en el que un topo trata de boicotear un proyecto secreto que utiliza y mantiene en cautividad a dos peligrosísimos hermanos con superpoderes.

En general, Kindt y Lapham se centran en los protagonistas más mundanos y patéticos, en sacar en primer plano a los parias y a los estafadores, a los daños colaterales y a los perdedores empedernidos. Una constante que podría resultar repetitiva de usarse con menos tino, pero que los autores consiguen hacer que no baje el nivel prácticamente en ningún momento gracias a un gamberrismo maravilloso y a un excelente trabajo de creación de personajes con las mínimas pinceladas que permiten incluso las historias más breves. No es una colección de historias que te haga pensar en el sentido más reflexivo, sino en el sentido de que uno no puede dejar de menear la cabeza con una sonrisa pensando en lo graciosísimas y agudas que son las ocurrencias de sus creadores.

El oficio del héroe - interior

En términos artísticos, nos encontramos con un David Lapham fiel a su estilo: trazo equilibrado y entintado férreo, sin ningún tipo de tono más que el negro. Un estilo que le aporta ese toque tan vieja escuela y que nos hace olvidarnos de que estamos ante un cómic dibujado en el siglo XXI (en el mejor de los sentidos). Se nota sobre todo en los primeros números que han sido trabajos más apresurados, con un trazo menos cuidado de lo que nos acostumbra en otros trabajos como por ejemplo The Ends, su obra para Bad Idea, con un dibujo mucho más cuidado. Pero no es una bajada de nivel que dé mala impresión, sino que acentúa la sensación de que estamos ante historias hechas con su guionista casi como un divertimento. Esto, de todas maneras, es algo que va decreciendo según las siguientes historias ganan peso y extensión.

Y os preguntaréis: ¿es esto todo lo que hay de The Hero Trade? Pues por suerte no, puesto que el equipo creativo ha continuado lanzando nuevas historias este año. Algunas de ellas incluso han aparecido en una segunda edición especial recopilatoria de Bad Idea, cuya política de publicación resulta francamente difícil de seguir, pero no debemos preocuparnos. A buen seguro Moztros nos traerá una continuación en cuanto el material alcance las páginas necesarias.

El oficio del héroe es, en definitiva, el tipo de trabajo que se vende por sus premisas macarras, pero que convence no solo por su gamberrismo, sino por la originalidad, la mala baba y el excelente talento de sus autores. Matt Kindt y David Lapham no están aquí para hacernos pensar en la insoportable levedad del ser, sino para hacer el cabestro y robarnos varias carcajadas a costa de maltratar los clichés de nuestros queridos superhéroes.

Lo mejor

• Es condenadamente divertida.
• Para su carácter de historias cortas, tiene un magnífico trabajo de personajes.

Lo peor

• Tiene el estilo salvaje de The Boys, que suele levantar suspicacias entre algunos lectores.