Laila Ripoll revela la renovación de la Compañía de Teatro Clásico, a la vez que Ayuso presenta unos Teatros del Canal que abandonan la dirección colectiva

La nueva directora Laila Ripoll ha presentado este martes la programación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) para la temporada 2025-2026. Nueva era, nueva imagen. Los símbolos mozárabes, árabes y judíos del arco del proscenio del Teatro de la Comedia serán el motivo repetido en programas y merchandising. Un homenaje a la sede de la Compañía, que cumple 150 años, y una declaración de intenciones de esta programación de espíritu diverso, paritaria y que apuesta por el fomento del patrimonio nacional. Se acabaron montajes de Shakespeare o Molière de épocas anteriores. La apuesta es clara: una concepción de la cultura diversa, pero propia.

“Egunon, bosdías, bon día, bienvenidos”, comenzó con intención plurinacional Laila Ripoll. En la mente de todos estaba la otra gran presentación de esta mañana que tenía lugar en Madrid, la de los Teatros del Canal, que ha contado con la asistencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y que ha sido programada el mismo día por una decisión superior, según fuentes a las que ha accedido elDiario.es.

Tras un vídeo realizado con técnicas de inteligencia artificial donde los actores de la nueva programación iban convirtiéndose en personajes de época Ripoll dio paso a Paz Santa Cecilia, directora del Instituto Nacional de Artes Escénicas, que destacó el “entusiasmo y el sentido común” que ha definido la dirección de Ripoll desde que en enero tomase posesión de su cargo. “El compromiso con el verso y el teatro del Siglo de Oro es irrenunciable para el INAEM, y esta temporada la CNTC prestará atención al fénix Lope de Vega. Pero también estarán presentes Calderón o Zorrilla. Además, la programación será multidisciplinar, estará la danza, el circo, el teatro infantil y la música. Ya pasaba en el Siglo de Oro donde los lenguajes escénicos se comunicaban y contaminaban”, prosiguió Santa Cecilia.

Para terminar su intervención, la directora del INAEM quiso destacar que “un buen número de mujeres estarán presentes en la programación. Es una buena noticia y es una promesa cumplida por parte de Laila Ripoll. Como dijo la reina en Fuenteovejuna: partiendo vos a la empresa seguro está el buen suceso”.

El gran pistoletazo de salida será el día 3 de julio en la inauguración del Festival de Almagro (que también se presentará este jueves). En el Hospital de San Juan se estrenará la nueva gran producción de la CNTC, Fuenteovejuna, una de las grandes obras de Lope de Vega que dirigirá Rakel Camacho.

La otra gran producción correrá a cargo de la Compañía Joven, elenco estable de jóvenes actores que son 'reclutados' en un largo proceso de selección que acaba de llegar a fin, la obra elegida es El escondido y la tapada de Calderón de la Barca, la dirigirá Beatriz Argüello con versión de Carolina África.

Ripoll ha decidido seguir con las coproducciones, pero este año restringirlas a las compañías y no encargarlas a productoras teatrales como en la etapa anterior dirigida por Lluis Homar. Este año se producirá otro Lope de Vega, La vengadora de mujeres, con Teatro del Temple, que llegará en el mes de mayo.

Además, destaca en la programación el haber rescatado un alabado montaje de Lucía Carballal de hace dos años que se podrá también ver en Almagro y luego tendrá gira por España, La fortaleza. Las otras obras que girarán este año, a parte de las dos producciones propias, serán Farra, de Lucas Escobedo y Los dos hidalgos de Verona, estrenados en la etapa de la dirección anterior.

En la otra vera: se hunde el modelo renovador de los Teatros del Canal

En la otra vera de Madrid, en la calle Cea Bermudez, se presentó a su vez la programación de los Teatros del Canal. Un evento por todo lo alto que cerró la presidenta de la Comunidad de Madrid que aprovechó para afirmar que los Teatros del Canal son ya “uno de los grandes centros de Europa” donde se acogen “todos los acentos de España”, y que recoge “3.000 años de cultura occidental y más de 1.000 años de cultura en español”.

El acto estuvo introducido por Ruperto Merino, director de gestión de los Teatros del Canal. Un proyecto que hace un año se presentó como un nuevo formato de gestión pública por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco, pero que ya ha olvidado su renovador modelo donde la dirección artística la detentaban diferentes directores.

Ya el año pasado, Teatros del Canal tuvo que salir al frente para explicar que la última decisión, la verdadera dirección artística, era del director José Luis Alonso de Santos, de 82 años, y que realmente los otros eran directores asociados que proponían, pero no tenían la última palabra. Una rectificación que escondía que realmente el modelo colegiado que se presentó no era tal y que el hacedor de la programación no es otro que el propio gerente, el funcionario Ruperto Merino, a quien la presidenta Ayuso, sin reparos, llamó durante la presentación de la programación, “director general”. Quedó así al descubierto el modelo centralizador por el que realmente se rige el teatro.

Uno de los frutos de este modelo de centralización férrea por parte de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid es una de las novedades de esta temporada: la cooperación estrecha con el país gobernado por Javier Milei, Argentina. La colaboración es a través de la ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, regentada por los socios políticos naturales de Milei, el partido Propuesta Republicana (PRO) de Mauricio Macri. En el acto estuvo la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes, figura muy controvertida en su país ya que fue quien ordenó la represión contra la Sala Alberdi cuando dirigía el Centro Cultural San Martin en el año 2013. La sala, que albergaba una cooperativa teatral desde 1967 y promovía espectáculos populares 'a la gorra', fue desalojada con violencia para convertirla en un estudio de televisión. Una gestora que también fue acusada de su visión “mercantilista” y “vertical” en otros de los proyectos que regentó como el Circo Polo.

No obstante, la participación argentina en la temporada, aunque numerosa, no está a la altura de uno de los mejores teatros del mundo. Las figuras, exceptuando la inclusión de la coreógrafa Luciana Acuña que presentará Bailarinas incendiadas en marzo, no son de primera fila. Además, el proyecto cuenta con colaboraciones claramente dirigidas desde los intereses del propio teatro, como la inclusión del espectáculo La curva del tiempo, dirigido por Martina Cabanas Collel. Esta dramaturga ha colaborado esta temporada en el espectáculo Ella, dirigido por Albert Boadella, antiguo director de los Teatros del Canal y hoy cercano a la dirección. A él fueron dirigidas estas palabras de Ayuso durante la presentación: “Boadella, a quien admiramos tanto”. La ministra de la Ciudad de Buenos Aires, que participó en la presentación de la rueda de prensa, anunció que ambas instituciones han firmado un convenio para una larga y fructífera relación.

El equipo de Ayuso sigue con la determinación de impulsar lo que denominan “Canal Hispanidad” y que acerca la programación realizada por compañías y creadores latinoamericanos. La programación está llena de espectáculos que provienen de América entre los que destacan Feos (Chile), con dramaturgia de Guillermo Calderón, y una obra producida en Buenos Aires, pero con texto de Eusebio Calonge y dirección de Paco de la Zaranda, Quien sea llega tarde.

Por otro lado, los Teatros del Canal afianzan su apuesta internacional con la inclusión de grandes nombres como Romeo Castellucci, que presentará su controvertida versión de Berenice de Jean Racine interpretada por Isabelle Huppert; la esperada Mami del griego Mario Banushi y el gran creador suizo Crhistoph Marthaler con su nuevo trabajo, The Summit.

A nivel nacional, destaca la presencia del Ballet Español de la Comunidad de Madrid que estará todo el mes de diciembre con la nueva creación Viaje al amor brujo, con coreografías de Olga Pericet, Rafael Estévez y Valeriano Paños. Volverá José Luis Alonso de Santos que ya presentó El alcalde de Zalamea esta temporada y que estrenará un Numancia de Cervantes. Y volverá también Albert Boadella, esta vez con un romance madrileño en tres actos con formato de zarzuela, El orgullo de quererte. Eso sí, la temporada se inaugurará con el nuevo espectáculo de una de las directoras más sólidas del país, Ana Zamora, que tendrá lugar en el Monasterio Santa María de la Real de Valdeiglesias y que lleva como áureo título Hacia ecos de lo sagrado.