Art Spiegelman y su mensaje censurado contra Trump: el documental sobre el autor de ‘Maus’ llega (íntegro) a Europa
Los comentarios y unas viñetas del dibujante contra el presidente de Estados Unidos fueron eliminados del filme 'Art Spiegelman: Disaster is my Muse' en la televisión pública en lo que la productora denuncia como ‘obediencia por anticipado’ El dibujante Art Spiegelman revela que trabaja junto a Joe Sacco en una obra sobre el genocidio palestino En un cine del este de Londres, durante el coloquio después del documental Art Spiegelman: Disaster is my Muse (“Art Spiegelman: el desastre es mi musa”), un espectador levanta la mano y pregunta sobre la censura. El filme sobre el dibujante e historietista menciona la retirada de bibliotecas y escuelas en Tennessee de Maus, su obra maestra —premio Pulitzer en 1992 — sobre el Holocausto contado a través de la historia de sus padres en los guetos en Polonia y el campo de exterminio nazi de Auschwitz, además del trauma transmitido durante generaciones. La polémica en 2022 volvió a lanzar Maus a la lista de los más vendidos y despertó el interés de la televisión pública por el documental, entonces en producción. El filme es también un alegato en defensa de la memoria y de la libertad de expresión que enlaza con el presente. Con tono inocente, un espectador británico en este estreno hace unos días durante la edición en Londres del festival South by Southwest pregunta por el contexto de la persecución también para el cine durante el Gobierno de Trump: “El documental menciona la prohibición del libro. ¿Qué hay del cine? ¿Hay posiciones difíciles?”, interroga. La productora Alicia Sams, de pie junto a la pareja de directores Molly Bernstein y Philip Dolin, sonríe y hace una pausa: “Una buena pregunta para mí… Bueno… Si nos buscas en Google, descubrirás que la televisión pública PBS cortó esta película antes de emitirla. La parte sobre Trump ha sido eliminada… por lo que sea”, explica Sams mientras la audiencia intercambia varios “oh!” y otras expresiones de sorpresa. “Las condiciones no son muy buenas. Muchos cineastas tienen miedo, no están seguros de qué está pasando con sus películas… Hay un efecto paralizador, sin duda. Y hay lo que llamamos obediencia anticipada por parte de la televisión pública. Eso es simplemente aterrador”, explica Sams. La parte eliminada en la emisión en televisión en Estados Unidos consiste en 90 segundos que sí están en la versión estrenada la semana pasada en Londres y también en la que estará disponible en España en Filmin (se presenta en el Festival Atlàntida de la plataforma a finales de julio). Es un pequeño pero significativo fragmento de un documental de más de hora y media que hace un retrato completo del artista, con entrevistas a él, sus familiares, amigos, editores y expertos en su obra. El filme cuenta cómo el historietista gestó Maus, su impacto como precursor de la novela gráfica en todo el mundo, y también por qué su obra es tan relevante ahora. Los 90 segundos En ese minuto y medio eliminado por la televisión pública en Estados Unidos y emitido ahora en Europa aparece un corte de Spiegelman mientras describe y muestra una historieta de una sola página contra Trump que él, su hija y su esposa, Françoise Mouly, la directora de arte de la revista The New Yorker, imprimieron en su casa como un fanzine y repartieron en la marcha de las mujeres de 2017 en Washington, después de la primera toma de posesión de Trump. El vídeo eliminado sale de un evento sobre la libertad de expresión en 2022 en el que Spiegelman hablaba de las viñetas, que muestran heces en la cabeza del presidente y una esvástica. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Art Spiegelman: Disaster is My Muse (@artspiegelmandoc) En el fragmento eliminado, el dibujante se refiere al actual presidente como “un engreído y un memo”. En ese contexto, Hillary Chute, una académica de la Universidad de Northwestern en Chicago y experta en la obra de Spiegelman, dice: “En este momento de Trump y post-Trump, [el historietista] ha reconocido lo útil que es Maus para personas que reaccionan explícitamente contra el fascismo y luchan contra él”. En la versión de PBS, también han desaparecido las palabras de Chute “en este momento de Trump y post-Trump”.

Los comentarios y unas viñetas del dibujante contra el presidente de Estados Unidos fueron eliminados del filme 'Art Spiegelman: Disaster is my Muse' en la televisión pública en lo que la productora denuncia como ‘obediencia por anticipado’
El dibujante Art Spiegelman revela que trabaja junto a Joe Sacco en una obra sobre el genocidio palestino
En un cine del este de Londres, durante el coloquio después del documental Art Spiegelman: Disaster is my Muse (“Art Spiegelman: el desastre es mi musa”), un espectador levanta la mano y pregunta sobre la censura. El filme sobre el dibujante e historietista menciona la retirada de bibliotecas y escuelas en Tennessee de Maus, su obra maestra —premio Pulitzer en 1992 — sobre el Holocausto contado a través de la historia de sus padres en los guetos en Polonia y el campo de exterminio nazi de Auschwitz, además del trauma transmitido durante generaciones.
La polémica en 2022 volvió a lanzar Maus a la lista de los más vendidos y despertó el interés de la televisión pública por el documental, entonces en producción. El filme es también un alegato en defensa de la memoria y de la libertad de expresión que enlaza con el presente.
Con tono inocente, un espectador británico en este estreno hace unos días durante la edición en Londres del festival South by Southwest pregunta por el contexto de la persecución también para el cine durante el Gobierno de Trump: “El documental menciona la prohibición del libro. ¿Qué hay del cine? ¿Hay posiciones difíciles?”, interroga.
La productora Alicia Sams, de pie junto a la pareja de directores Molly Bernstein y Philip Dolin, sonríe y hace una pausa: “Una buena pregunta para mí… Bueno… Si nos buscas en Google, descubrirás que la televisión pública PBS cortó esta película antes de emitirla. La parte sobre Trump ha sido eliminada… por lo que sea”, explica Sams mientras la audiencia intercambia varios “oh!” y otras expresiones de sorpresa. “Las condiciones no son muy buenas. Muchos cineastas tienen miedo, no están seguros de qué está pasando con sus películas… Hay un efecto paralizador, sin duda. Y hay lo que llamamos obediencia anticipada por parte de la televisión pública. Eso es simplemente aterrador”, explica Sams.
La parte eliminada en la emisión en televisión en Estados Unidos consiste en 90 segundos que sí están en la versión estrenada la semana pasada en Londres y también en la que estará disponible en España en Filmin (se presenta en el Festival Atlàntida de la plataforma a finales de julio). Es un pequeño pero significativo fragmento de un documental de más de hora y media que hace un retrato completo del artista, con entrevistas a él, sus familiares, amigos, editores y expertos en su obra. El filme cuenta cómo el historietista gestó Maus, su impacto como precursor de la novela gráfica en todo el mundo, y también por qué su obra es tan relevante ahora.
Los 90 segundos
En ese minuto y medio eliminado por la televisión pública en Estados Unidos y emitido ahora en Europa aparece un corte de Spiegelman mientras describe y muestra una historieta de una sola página contra Trump que él, su hija y su esposa, Françoise Mouly, la directora de arte de la revista The New Yorker, imprimieron en su casa como un fanzine y repartieron en la marcha de las mujeres de 2017 en Washington, después de la primera toma de posesión de Trump. El vídeo eliminado sale de un evento sobre la libertad de expresión en 2022 en el que Spiegelman hablaba de las viñetas, que muestran heces en la cabeza del presidente y una esvástica.
En el fragmento eliminado, el dibujante se refiere al actual presidente como “un engreído y un memo”. En ese contexto, Hillary Chute, una académica de la Universidad de Northwestern en Chicago y experta en la obra de Spiegelman, dice: “En este momento de Trump y post-Trump, [el historietista] ha reconocido lo útil que es Maus para personas que reaccionan explícitamente contra el fascismo y luchan contra él”. En la versión de PBS, también han desaparecido las palabras de Chute “en este momento de Trump y post-Trump”.
La televisión pública de Estados Unidos, que recibe dinero del Gobierno federal pero cuyo presupuesto depende sobre todo de donaciones filantrópicas, financió parte del documental y firmó un contrato para emitirlo en abril dentro de su serie especial American Masters, producida por WNET, la emisora en Nueva York en la red de la cadena pública nacional. Como es habitual, el documental pasó por un proceso de revisión según los estándares de la televisión y, por ejemplo, se acordó emitir a las 10 de la noche en lugar de a las ocho por su contenido no apto para un público infantil. Justo antes de la emisión, llegó la petición inesperada.
“Poco menos de dos semanas antes de la emisión, tras la revisión de las normas y prácticas de PBS, nos informaron de que querían retirar la caricatura de Trump, algo a lo que tenían derecho por contrato. Pero es inusual que hagan cambios editoriales de ese tipo; normalmente se hacen cambios por cuestiones de horario o la conformidad con la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC)”, explica Alicia Sams, la productora, a elDiario.es. “Pero tuvimos que aceptarlo, ya que no podíamos permitirnos recomprar los derechos de la película, y queríamos que se emitiera en PBS. American Masters se encargó de la edición, lo que implicó eliminar cualquier mención a Trump”.
El encargado de la emisora de la televisión pública en Nueva York WNET dijo al New York Times que el problema era la viñeta de Spiegelman que muestra heces por su “falta de decoro”, aunque en realidad habría sido posible difuminar la imagen como la televisión ya hace, por ejemplo, con imágenes de genitales.
La explicación en otra declaración del director de marketing de la cadena a la revista The Atlantic decía, en cambio, que “una sección del filme fue editada de la versión del cine porque ya no está en el contexto de hoy. El cambio se hizo para mantener la integridad y la pertinencia del contenido para su emisión en este momento”.
Aviso a navegantes
Decir que esa parte más pegada al presente está obsoleta es una justificación especialmente sorprendente para Sams, que recuerda cómo la actualidad del mensaje subyacente en la vida y la obra de Spiegelman es lo que volvió a lanzar a Maus y también el interés en su documental. “Como dice Art, este es un aviso a navegantes sobre el fascismo. Por eso les interesó”, explica la productora, con una larga carrera a sus espaldas en la producción de películas y documentales, también en colaboración con la televisión pública.
Sams, en todo caso, cree que “la decisión vino de Washington” aunque los neoyorquinos aceptaron cargar con las culpas. “No nos dijeron explícitamente que el cambio estaba motivado por política, pero el momento, poco después de las audiencias ante el Congreso sobre PBS, nos lleva a sospechar con bastante lógica que sí lo fue, sobre todo al enterarnos de las demás medidas que PBS ha tomado”, explica Sams. Se refiere en particular a la decisión de la televisión pública de posponer la emisión de Break the Game, un documental sobre una célebre jugadora de videojuegos que es trans, o eliminar programas de diversidad para cumplir con las órdenes de Trump.
La productora explica que, aunque la mención a Trump era breve, el instinto de la televisión pública fue “no molestar para no tentar a la suerte”.
En una carta dirigida a la cadena y a la que luego se añadió Spiegelman, Sams y los directores, recalcan que “el acto de obediencia anticipada” de la televisión pública “simboliza todo sobre lo que advierte la película”.
“Si PBS no puede proteger la libertad de expresión de sus creadores de contenido y temas sin temor a represalias por parte de miembros del Gobierno que puedan considerar sus opiniones desagradables, ¿cómo podrá fortalecer la salud social, democrática y cultural del pueblo estadounidense?”, escriben citando la misión declarada de la televisión pública. “Sus acciones tendrán un efecto disuasorio en la libertad de expresión de artistas, cineastas y periodistas que consideran los medios públicos como una plataforma para todos los estadounidenses”.
Spiegelman añade en su propio comentario: “Es trágico e indignante que PBS y WNET estén dispuestas a convertirse en colaboradoras de las fuerzas siniestras que intentan amordazar la libertad de expresión”.
Trump contra la radiotelevisión pública
A principios de mayo, el presidente Donald Trump firmó un decreto para eliminar la financiación del Gobierno federal y sus agencias para la televisión y la radio públicas. Cerca del 15% de su presupuesto depende de fondos públicos, pero este recorte tiene especial impacto en las emisoras locales más pequeñas, que reciben menos donaciones privadas que las de las grandes ciudades como Nueva York. El presupuesto público va sobre todo a los documentales de historia y la programación educativa infantil, como Barrio Sésamo.
Este mes, Trump ha enviado su propuesta de eliminación casi total de las subvenciones ante el Congreso, el encargado, en realidad, de autorizar o eliminar la financiación.
La televisión PBS y la radio NPR han denunciado ante los tribunales el decreto de Trump amparándose en la Primera Enmienda, la que protege en la Constitución la libertad de expresión y la libertad de prensa en Estados Unidos.
Siguiendo el decreto de Trump, el Departamento de Educación ya ha cancelado una ayuda para los programas educativos de 31 millones de dólares anuales (27 millones de euros). Pero lo que Trump pide al Congreso es mucho más, con la eliminación casi total de la financiación para la empresa que gestiona los fondos para la tele y la radio públicas, la Corporación para la Radiodifusión Pública, cerca de 1.100 millones de dólares (más de 960 millones de euros) en los próximos dos años, con sólo una reserva para las comunicaciones de emergencia como los avisos por radio.
En un mensaje en mayúsculas en redes sociales el presidente aseguró que la televisión y la radio públicas son “monstruos radicales de izquierdas que han dañado mucho” el país.
El decreto de Trump, según la denuncia presentada por la televisión pública, “no intenta esconder el hecho de que está cortando la financiación de PBS por el contenido de la programación y su deseo de alterarlo” en lo que constituye “discriminación por el punto de vista y una violación del criterio editorial”.