Laila Ripoll, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico: “Se necesita un chute de dinero evidente”

La dramaturga ha presentado este martes la primera temporada de la compañía que dirige, tras la salida forzada de Lluís Homar el año pasadoLaila Ripoll revela la renovación de la Compañía de Teatro Clásico, a la vez que Ayuso presenta unos Teatros del Canal que abandonan la dirección colectiva Laila Ripoll, madrileña nacida en el 60, lleva desde que dejó sus estudios en 1992 para echar a andar a su compañía Micomicón enganchada al teatro clásico y, sobre todo, a su autor por excelencia, Lope de Vega. Con los años, Ripoll se instauraría también como dramaturga con estupendos textos sobre la injusticia y los vencidos, ya fuesen mujeres, pobres o perdedores de una guerra. Pero nunca dejó su amor por Lope y por el teatro clásico español. Incluso en el último decenio, en el que ha conseguido instaurar su compañía independiente como uno de los referentes del teatro político y de la memoria histórica de nuestro país, con espectáculos como Vidas enterradas (2019) o Tea Rooms de Luisa Carnés, nunca ha dejado de montar obras del Siglo de Oro, ya fuesen de Zorrilla, Cervantes, Calderón y, por supuesto, Lope de Vega. Llegó a principios de año a la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) tras la sonada salida de su predecesor, el actor Lluís Homar, y este martes ha presentado en Madrid su primera temporada. Homar tuvo que dimitir tras el escándalo sobre la contratación irregular por trabajos que no había realizado y que hacían ascender notoriamente su salario anual. Ripoll ha decidido no dirigir en su primer año como directora; si dirige, lo hará una sola vez por temporada. Ya está pensando en un Lope para el año que viene, como avanza a este periódico. “Pero esa ya está —corta al principio de la entrevista—, hay tantas cosas que hacer que ahora lo que toca es trabajar”, afirma. Si hay algo que atraviesa la programación este año es la mujer, tanto en la dirección y las versiones como en la selección de textos, ¿está de acuerdo? Sí, es cierto. En el Siglo de Oro, lamentablemente, hay muy pocas autoras. Este año no hay autoras. No ha tocado. Tocará. Eso sí, reponemos La fortaleza de Lucía Carballal que se estrenó hace dos años y es una maravilla, estará en el Festival de Almagro y tendrá gira. Por eso he reforzado las versiones hechas por mujeres y las direcciones. Me alegro de que se note, creo que estamos haciendo una CNTC verdaderamente paritaria. La primera en la frente: dentro de tres semanas el Festival de Almagro abrirá sus puertas con el Fuenteovejuna de la CNTC dirigido por Rakel Camacho, una directora ritualista, carnal y popular como demostró en Coronada y el toro. Con un elenco con actores como Chani Martin, Jorge Kent o Laura Ordás y con el plus de contar en la música con dos de los grandes del under sevillano, Pablo Peña y Darío Moral del grupo de música Pony Bravo, ¿cómo va el montaje? Va a ser una barbaridad, yo todavía no he visto nada, pero la gente que ha visto ensayos me cuenta. Va a ser muy bruto, pero es que Fuente Ovejuna es muy macarra. En la obra, por ejemplo, el pueblo acaba cortando la cabeza al comendador y jugando a la pelota con ella. Sé que comenzar así es una declaración de intenciones, pero quería abrir con una de las más grandes de Lope y que lo hiciera una mujer de una generación más joven que la mía. Estoy muy ilusionada. Laila Ripoll en el Teatro de la Comedia (Madrid) Otro empeño que tiene como directora es que las actrices mayores también quepan en la Compañía. De ahí que luego, cuando Fuenteovejuna recale en Madrid, en la sala pequeña del Teatro de la Comedia se estrenará Laurencia, un texto de Alberto Conejero. El texto de Conejero ha sido una casualidad, yo quería programar Fuenteovejuna, es lo único que tenía claro. Y el anterior director, Lluís Homar, había encargado un texto a Alberto. El texto está muy bien y va sobre Laurencia, el personaje de Fuenteovejuna que es viol

Jun 11, 2025 - 08:55
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Laila Ripoll, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico: “Se necesita un chute de dinero evidente”

Laila Ripoll, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico: “Se necesita un chute de dinero evidente”

La dramaturga ha presentado este martes la primera temporada de la compañía que dirige, tras la salida forzada de Lluís Homar el año pasado

Laila Ripoll revela la renovación de la Compañía de Teatro Clásico, a la vez que Ayuso presenta unos Teatros del Canal que abandonan la dirección colectiva

Laila Ripoll, madrileña nacida en el 60, lleva desde que dejó sus estudios en 1992 para echar a andar a su compañía Micomicón enganchada al teatro clásico y, sobre todo, a su autor por excelencia, Lope de Vega. Con los años, Ripoll se instauraría también como dramaturga con estupendos textos sobre la injusticia y los vencidos, ya fuesen mujeres, pobres o perdedores de una guerra. Pero nunca dejó su amor por Lope y por el teatro clásico español.

Incluso en el último decenio, en el que ha conseguido instaurar su compañía independiente como uno de los referentes del teatro político y de la memoria histórica de nuestro país, con espectáculos como Vidas enterradas (2019) o Tea Rooms de Luisa Carnés, nunca ha dejado de montar obras del Siglo de Oro, ya fuesen de Zorrilla, Cervantes, Calderón y, por supuesto, Lope de Vega.

Llegó a principios de año a la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) tras la sonada salida de su predecesor, el actor Lluís Homar, y este martes ha presentado en Madrid su primera temporada. Homar tuvo que dimitir tras el escándalo sobre la contratación irregular por trabajos que no había realizado y que hacían ascender notoriamente su salario anual. Ripoll ha decidido no dirigir en su primer año como directora; si dirige, lo hará una sola vez por temporada. Ya está pensando en un Lope para el año que viene, como avanza a este periódico. “Pero esa ya está —corta al principio de la entrevista—, hay tantas cosas que hacer que ahora lo que toca es trabajar”, afirma.

Si hay algo que atraviesa la programación este año es la mujer, tanto en la dirección y las versiones como en la selección de textos, ¿está de acuerdo?

Sí, es cierto. En el Siglo de Oro, lamentablemente, hay muy pocas autoras. Este año no hay autoras. No ha tocado. Tocará. Eso sí, reponemos La fortaleza de Lucía Carballal que se estrenó hace dos años y es una maravilla, estará en el Festival de Almagro y tendrá gira. Por eso he reforzado las versiones hechas por mujeres y las direcciones. Me alegro de que se note, creo que estamos haciendo una CNTC verdaderamente paritaria.

La primera en la frente: dentro de tres semanas el Festival de Almagro abrirá sus puertas con el Fuenteovejuna de la CNTC dirigido por Rakel Camacho, una directora ritualista, carnal y popular como demostró en Coronada y el toro. Con un elenco con actores como Chani Martin, Jorge Kent o Laura Ordás y con el plus de contar en la música con dos de los grandes del under sevillano, Pablo Peña y Darío Moral del grupo de música Pony Bravo, ¿cómo va el montaje?

Va a ser una barbaridad, yo todavía no he visto nada, pero la gente que ha visto ensayos me cuenta. Va a ser muy bruto, pero es que Fuente Ovejuna es muy macarra. En la obra, por ejemplo, el pueblo acaba cortando la cabeza al comendador y jugando a la pelota con ella. Sé que comenzar así es una declaración de intenciones, pero quería abrir con una de las más grandes de Lope y que lo hiciera una mujer de una generación más joven que la mía. Estoy muy ilusionada.

Laila Ripoll en el Teatro de la Comedia (Madrid)

Otro empeño que tiene como directora es que las actrices mayores también quepan en la Compañía. De ahí que luego, cuando Fuenteovejuna recale en Madrid, en la sala pequeña del Teatro de la Comedia se estrenará Laurencia, un texto de Alberto Conejero.

El texto de Conejero ha sido una casualidad, yo quería programar Fuenteovejuna, es lo único que tenía claro. Y el anterior director, Lluís Homar, había encargado un texto a Alberto. El texto está muy bien y va sobre Laurencia, el personaje de Fuenteovejuna que es violada por el Comendador. Así que lo rescatamos del cajón donde estaba metido, lo va a dirigir Aitana Galán y va a ser interpretado por Ana Wagener, que es una de las grandes actrices que tenemos.

Me refería a esto mismo, a la inclusión de Wagener que, por otro lado, si no me equivoco, nunca estuvo en la CNTC…

Sí, ese es uno de los proyectos que tengo más claros. En el teatro del Siglo de Oro español hay muy pocos papeles relevantes para actrices mayores. Fabia [uno de los personajes creados por Lope de Vega], la Celestina y poco más. Y quiero que desde la CNTC se enriquezca del saber de grandes actrices que por edad tienen, en principio, difícil estar. Por eso, quiero implantar proyectos muy cuidados, no grandes producciones, sino semimontados como Laurencia. Y quién mejor que Ana Wagener. La idea es que esas 'vacas burras' de nuestra actuación también estén y que giren lo más posible.

Aparte de Fuenteovejuna, que es una gran producción, tan solo veremos en todo el año otra producción propia de gran formato. ¿No sabe a poco para toda una Compañía Nacional?

Y es el dinero que hay. Se puede esconder, se pueden hacer malabares, pero esa es la realidad y es así desde que llegó la crisis económica. Si comparas el presupuesto de hace 15 años con el actual es irrisorio. El presupuesto actual de la Compañía es de poco más de cuatro millones de euros, 4.016.786 euros exactamente.

¿Queda pues coproducir?

Sí, pero no tengo claro que haya que coproducir con productoras como se venía haciendo. Este año coproducimos con compañías que llevan años levantando nuestros clásicos en los escenarios muchos años. A lo mejor, acabaré trabajando con productoras también, ya quedan pocas compañías, pero este año tenemos a dos de las grandes: Morboria con Lo que son mujeres de Rojas Zorrilla, que también estará en el Festival de Almagro y realmente es compañía invitada, y La vengadora de mujeres de Lope de Vega que coproducimos con Teatro del Temple.

Volviendo a la otra gran producción de la CNTC, El escondido y la tapada de Calderón de la Barca, es un montaje de la Compañía Joven que se estrenará en marzo y lo dirigirá Beatriz Argüello con versión de Carolina África. Será ya con la nueva Compañía Joven que creo está a punto de formarse.

Sí, justo después de esta entrevista me voy a una reunión para terminar el proceso de selección de la nueva Joven. Se presentaron más de novecientas personas, se hizo una selección por currículo y por un soneto que tenían que enviar con el móvil. En el tribunal estuvieron personas como Carlos Hipólito, Adriana Ozores, Juan Messeguer… De ahí quedaron 120. De los 120 hemos hecho audiciones con Eva Rufo, Consuelo García y Baltasar Patiño (director adjunto de la CNTC). De ahí se seleccionaron a 30 que han estado en un curso durante tres semanas. Y ahora toca quedarse con 12. Es un proceso muy bonito, pero también muy duro. Sobre todo, en las últimas decisiones.

Cuando este periódico la entrevistó al ser nombrada en noviembre del año pasado, declaró que uno de los puntos fuertes de su proyecto era recuperar las giras, ¿lo está consiguiendo?

No. Pero volvemos a lo mismo, es un problema económico, no se gira por falta de dinero. Fuenteovejuna, por ejemplo, son 19 actores, suma todos los técnicos necesarios para función, todos los viajes, dietas y horas extras de montaje y desplazamiento… Es costoso y una locura de coordinar. A eso súmale que solo hay gastos y que los ingresos no revierten en la Compañía. Todo va al Ministerio de Hacienda [como vía de retorno a las arcas del Estado], desde las taquillas o el merchandising hasta los libros que editamos.

¿Y qué solución tiene?

Llevo seis meses como directora y no lo tengo claro, tengo que seguir pensando. Veo que las coproducciones actuales están girando muchísimo. Por eso, creo que es muy importante elegir los textos que se coproducen. La CNTC no puede estar girando por todo el mundo con títulos que se han hecho hasta la saciedad o autores que no son españoles.

¿Se refiere a lo que ha pasado bajo la dirección anterior de Lluís Homar?

A mí me da lo mismo que se haga por el extranjero un Molière o un Shakespeare, la inversión de la CNTC tiene que ir dirigida al fomento del patrimonio de nuestro teatro. Vamos a ver si con la Laurencia, que es más pequeña, somos capaces de que gire muy bien. Con Fuenteovejuna tenemos que hacer buenos bolos. Y con la Compañía Joven es más fácil, son menos actores y además están en nómina, sale más barato. Este año además cuentan con un textazo de Calderón y su directora, Beatriz Argüello, es muy buena.

La dramaturga y directora de la CNTC, Laila Ripoll

En febrero el Ministerio de Cultura anunció la reforma del INAEM, ¿qué nos puede contar de cómo va?

Sé lo mismo que usted. Tan solo nos reunieron una vez para informarnos de que comenzaban, justo antes de presentarla a prensa. Y hasta ahora… No sé más.

Pero se supone que el tema de las giras en algún momento deberá estar sobre la mesa, ¿o no?

Pues no tengo ni idea, se supone que nos iban a convocar para que aportáramos ideas, pero hasta ahora eso no se ha dado.

Lo que sí han tenido son reuniones para tratar las giras ya contratadas y que por el conflicto existente con los técnicos del INAEM, están pasando por tensiones que incluso llegan a tener que suspender funciones, como le ha ocurrido recientemente al Ballet Nacional que se ha tenido que bajar del cartel en el Festival Itálica.

Es cierto. Nosotros también tuvimos que suspender con El gran teatro del mundo en Alicante y Albacete en Semana Santa. Nos reunieron para explicarnos cómo el INAEM quiere gestionar las giras, las horas extras y lo incentivos a los técnicos que es lo que está motivando el conflicto. La verdad es que el convenio actual está pensado para todo menos para teatro. Hay que hacer malabares para cuadrar las plantillas y poder trabajar. Hay montajes que necesitan 14 horas por narices. Y claro, eso está creando fricciones con los técnicos. Es realmente complicado.

La CNTC tiene nuevo director técnico, Fernando Cuadrado. ¿Qué tal están los ánimos puertas adentro?

Mi relación con ellos es buena, aparentemente. Ahí tengo gente que conozco hace muchos años, pero, ahora bien, no sé si la relación de los técnicos con el Ministerio de Cultura es igual de buena. Esto es cíclico, no me estoy quejando, ya sabía dónde me metía.

¿Teme que haya algún problema con el estreno de Fuenteovejuna en Almagro?

Lo único que te puedo decir es que ahora los ánimos en la CNTC están más tranquilos, hasta ahí.

Si pudiera trasladar al ministro de Cultura las tres cosas que necesita la CNTC, ¿cuáles serían?

No necesito tres, creo que con dos se solucionarían la mayoría de los problemas: dinero y personal. Dinero para programación, para girar y para las obras que el edificio de la sede de la Compañía, el Teatro de la Comedia, necesita. Y personal en administración, en comunicación y para tener un mayor número de técnicos, hay departamentos ahora realmente esquilmados. Hace falta un chute de dinero evidente. Sastrería, por ejemplo, está al borde del colapso. Ahora llega Fuenteovejuna, son 19 actores y hay sangre. Los trajes hay que lavarlos, plancharlos y servir función. Y no llegan…

Cómo directora de la CNTC que está comenzando, ¿podría contar algún sueño que tenga entre ceja y ceja?

El Caballero de Olmedo de Lope de Vega. Me parece que lo tiene todo. Tiene historia de terror, vertiente popular, es bonita y tiene un personaje de mujer mayor maravilloso que es Fabia, que es la bomba. Esa la haré yo, para la próxima temporada seguramente, espero.

¿Y otros sueños en mente?

Bueno, es que tengo muchos, lo que pasa es que casi todos pasan por Lope de Vega y tengo que contenerme un poco. El castigo sin venganza, El amor enamorado, esos textos hay que hacerlos, ya veremos quién puede dirigirlos… Y hay otros sueños, pero no sé si son reales. Me encantaría traer a Deborah Warner que a finales de los ochenta llegó con un Tito Andrónico a Madrid de la Royal Shakespeare Company que me marcó profundamente… Y me gustaría engatusar a Declan Donnellan, pero con un Lope que no se ha hecho nunca en la CNTC, El mayordomo de la Duquesa de Amalfi, que es la versión trágica de El perro del hortelano. Hacer un programa doble en el que él dirigiera la versión trágica y otro director El perro del hortelano. Pero lo dicho, son sueños, no sé si son posibles.

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