Mallorca desmasificada y temiendo un flojo verano
La asistencia a la manifestación contra el turismo de hace unos días en Palma fue de unas 10.000 personas, frente a las 50.000 de hace un año. En ella se mezclaron proclamas alejadas del turismo, como el idioma o Palestina. Y fue un claro síntoma de que ha perdido una gran fuerza el supuesto impacto […]

La asistencia a la manifestación contra el turismo de hace unos días en Palma fue de unas 10.000 personas, frente a las 50.000 de hace un año. En ella se mezclaron proclamas alejadas del turismo, como el idioma o Palestina. Y fue un claro síntoma de que ha perdido una gran fuerza el supuesto impacto de la masificación o saturación.
Mallorca vive un reparto estacional más equilibrado del turismo, creciendo en primavera y en otoño, y menguando en verano. De hecho, desde Semana Santa, los principales agentes del sector atestiguan una caída de ingresos y ocupaciones, tanto en restaurantes como en hoteles.
Las reservas para julio y agosto son peores que las del año pasado, y salvo un repunte de la última hora, el año se cerrará sin mejoras respecto al previo. No se aprecia, por tanto, una saturación o masificación, salvo lo puntual y tradicional de cualquier domingo en todas las zonas de playa de España, como Benidorm, la Costa del Sol, o la Daurada.
Las tarifas hoteleras, no obstante, siguen subiendo, aunque a costa de bajar ocupaciones, lo cual no se ve del todo negativo ante la imposibilidad de encontrar trabajadores. Así, muchos prevén que los beneficios se mantendrán, ante los menores costes derivados de las plantillas más exiguas. Pero el que este año quiera enarbolar la bandera contra la masificación, quizás mejor lo deje para otro, como ya se vio en la protesta de hace unos días.