5 poemas de Paisaje personal, de Paula Ćaćić
Dice Patricia Crespo Alcalá que “la poesía de Paula Ćaćić conecta visceralmente con el lector por medio de una cadencia íntima y un lenguaje sencillo y director, para entregarnos la cruda vulnerabilidad”. Y, para comprobarlo, nada como leer este magnífico poemario. En Zenda reproducimos cinco poemas de Paisaje personal (La Tortuga Búlgara), de Paula Ćaćić.... Leer más La entrada 5 poemas de Paisaje personal, de Paula Ćaćić aparece primero en Zenda.

Dice Patricia Crespo Alcalá que “la poesía de Paula Ćaćić conecta visceralmente con el lector por medio de una cadencia íntima y un lenguaje sencillo y director, para entregarnos la cruda vulnerabilidad”. Y, para comprobarlo, nada como leer este magnífico poemario.
En Zenda reproducimos cinco poemas de Paisaje personal (La Tortuga Búlgara), de Paula Ćaćić.
***
c u e r p o d a d o
acepto el cuerpo dado.
me ocupo de él.
lo fuerzo a adoptar leyes incomprensibles,
a tragar heridas infligidas por el corte afilado
de la hélice de un avión de juguete.
lo ejercito.
lo estiro.
lo mordisqueo.
a veces escupo parte de la piel.
quiero que sea impenetrable,
plástico, perfecto,
que no sea un lienzo en el que aparezcan
presagios de mortalidad.
deseo que sea a la vez amado e insensible al tacto.
deseo que sea una coraza permanente,
bajo la cual me hundo más y más en la oscuridad
y desaparezco,
para incorporarme de nuevo al día siguiente,
admirar su mecanismo persistente,
que lubrico aquí y allá,
que protejo contra la oxidación, parásitos, enfermedades,
al que riego como a una planta.
a veces deseo ser mucho más que él.
***
m i c u e r p o
mi madre lavó mi cuerpo con cuidado,
el cuerpo de una niña de trece años
después de una cirugía de columna.
estaba avergonzada,
aunque se tratara de mi madre.
no quería que viera
cómo empiezo a parecerme a ella,
cómo empiezo a mostrar indicios de mujer.
no quería que se preocupara porque creciera,
así que le dije
mamá, cuando un día seas mayor
yo también te cuidaré así.
***
c o l u m n a v e r t e b r a l
recuerdo ese día haber bebido té helado,
sentada en el asiento trasero del coche.
recuerdo ese día haber pensado en serio lo jodida que estaba,
porque mi cuerpo estaba jodido.
ese día por primera vez estaba desnuda frente al médico,
ante las puertas dobles y solo esperaba que las abriera
algún impaciente paciente
que llevara mucho tiempo esperando turno.
entonces ese mismo paciente vería mis senos pequeños,
y yo desearía que la tierra me tragara de la vergüenza,
porque tengo 11 años y escoliosis
y me obligan a quitarme el sostén.
mi cuerpo es una instantánea azulada
sobre la cual deliberan e interpretan
cómo mi columna se desvió.
recuerdo sentirme culpable.
mamá decía: “¡paula, ponte recta!”
mamá sabía que yo era la más alta de la clase.
mamá no sabía que quería ser la más baja.
recuerdo bien ese día —
los médicos usaban reglas y transportadores
para medir lo jodida que estaba.
***
d í a d e l a m a d r e
después de 9 meses llevándote,
estallé como una granada rojiza
en miles de pequeños granos.
me dijeron
que tengo instinto maternal,
pero se olvidaron de que soy solo una chica,
apenas una niña…
¿para qué querría una niña tener un hijo?
si ya ha olvidado todos los juegos…
después de 9 meses llevándote,
entrañas ensanchadas, sueños rotos, esperanzas lejanas,
me queda la ilusión de saber cómo retornará mi granada
a su estado anterior, montará sus alveolos y se regenerará.
después de 9 meses de llevándote,
no obtuve nada —di a luz,
solo reventé,
casi me ahogué en mi propia sangre.
te estoy mirando
deberías ser un hombre adulto, no un muchachito.
deberías saber que la granada es dura por fuera,
pero tan delicada por dentro
y que su sabor no es para cualquiera.
dime, ¿para qué querría una niña tener un hijo?
si ya ha olvidado todos los juegos…
***
r u t a p e r d i d a
podía haberme marchado
igual que se largan
las chicas rotas.
podía haber desaparecido
en una noche
en una ciudad impredecible,
con viejas heridas,
con la vieja carga
impresa en los párpados.
podía haber escapado,
esconderme en algún rincón oscuro,
donde no me conozcan,
donde me puedan amar con premeditación.
y de nuevo,
todo sería igual,
como contigo,
como con él,
como con el anterior…
todas mis estaciones de paso
fueron refugios amargos,
una ruta perdida.
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Autora: Paula Ćaćić. Título: Paisaje personal. Traducción: Miguel Roán. Editorial: La tortuga búlgara. Venta: Todos tus libros.
BIO
Paula Ćaćić nació en 1994 en Vinkovci. Se graduó en Indología y Lenguas y Literaturas Eslavas Meridionales en la Facultad de Filosofía de Zagreb. Ha publicado poesía en diferentes revistas y portales de internet y ha participado en lecturas poéticas en Liubliana y Zagreb. Por su manuscrito Povratna karta (Billete de regreso) recibió un premio en los Encuentros de Poesía en Drenovci en 2016, y el libro Paisaje personal fue galardonado en las Jornadas de Josip e Ivan Kozarac en 2020. En 2018, su cuento “Na kraju sela” (Al final del pueblo) fue elegido el mejor en el festival Preprekova Jeseni. Además de poesía y cuentos, escribe críticas y reseñas cinematográficas de manera ocasional. Traduce textos literarios del búlgaro y del esloveno al croata. Ha traducido del esloveno el poemario Patnje mlade hana (Los sufrimientos de la joven Hana), de Katja Gorečan (2020), y ha participado en la traducción de la antología de poesía búlgara contemporánea Na posljednjem katu neba (En el último piso del cielo) (2022) y del poemario Galerija srca (La galería del corazón) de Marín Bodákov. Actualmente vive y trabaja en Praga.
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