Armengol, Globalia y los bulos, fango, lawfare...

Unos jueces han sido señalados públicamente por una supuesta práctica de 'lawfare'. Decían que se ceñían a recurrir a recortes de una prensa situada en la 'fachosfera', que difundía 'bulos'. El objetivo era el de esparcir 'fango', basada en la 'desinformación', con querellas impulsadas por sindicatos vinculados al negacionismo y extremismo. Pero las pruebas recopiladas […]

Jun 15, 2025 - 17:15
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Armengol, Globalia y los bulos, fango, lawfare...

Unos jueces han sido señalados públicamente por una supuesta práctica de 'lawfare'. Decían que se ceñían a recurrir a recortes de una prensa situada en la 'fachosfera', que difundía 'bulos'. El objetivo era el de esparcir 'fango', basada en la 'desinformación', con querellas impulsadas por sindicatos vinculados al negacionismo y extremismo. Pero las pruebas recopiladas por la UCO de la Guardia Civil han desmontado todo este descrédito sobre quienes han venido persiguiendo la verdad aún a costa de exponer su prestigio.

No solo los políticos encausados han perpetrado estas acusaciones contra titulares de tribunales, de periódicos o de organizaciones, sino también varios grupos mediáticos en Madrid y en Barcelona con un discurso plenamente sincronizado. 

El surgimiento de Leire Díaz como fontanera descubrió que la intencionalidad de esparcir 'fango' estaba bastante profesionalizada en su entorno. La mentira de Francina Armengol en sede parlamentaria sobre si conocía al comisionista de Globalia y Air Europa, Víctor de Aldama, demuestra una forma de hacer política apoyada en bulos en distintas épocas, como también se probó con el 'hat bar', sin dar la cara para reconocer un error o asumir una responsabilidad.

La estrategia ha venido siendo la de ejercer de víctima, a fin de generar empatía. Llorando, mostrando emociones, abatimiento, para que el culpable y el malo siempre parezca el enemigo, y quitarse cualquier culpa.

No obstante, los sustentos de los gobernantes actuales, tanto los cargos públicos como sus profesionales informativos que han secundado este proceder, han perdido credibilidad ante la contundencia de las evidencias. Y al desarmado el argumentario de defensa basado en denigrar al investigador, se le une el sentir de que puede que solo se conozca la punta del iceberg.

Pero sigue siendo probable que la genialidad presidencial invente un nuevo truco para retomar impulso, una vez parezca que escampe con el apoyo del relato mediático uniforme de la mitad del panorama periodístico, como hasta ahora. Hay que recordar que horas antes de que el cargo obligado a dimitir, su partido había atacado en un comunicado a la UCO negando cualquier implicación en amaños de obra pública o en el cobro de mordidas.

La facción de mayor decencia de una de las mitad del espectro ideológico tiene en su mano decidir si continúa considerando que estas prácticas son las que les representan.