Salpicón de marisco con pulpo
Refrescante, fácil y con sabor a verano: así es este salpicón de marisco que se prepara en un momento y queda de diez. La entrada Salpicón de marisco con pulpo es un contenido original de PequeRecetas
El salpicón de marisco es uno de esos platos que van directos a la lista de imprescindibles en cuanto llega el calor. Refrescante, con sabor a mar y muy fácil de dejar listo con antelación. Perfecto para esos días en los que queremos comer bien sin complicarnos demasiado.
La primera vez que lo preparé fue para una comida familiar de verano, de esas en las que ya sabes que va a hacer calor y que nadie va a querer estar cocinando a última hora. Lo tenía todo pensado: marisco cocido, verduritas bien frescas, y una vinagreta suave con su punto justo de acidez. Gustó tanto que desde entonces lo repito cada año.
Como suele ocurrir con este tipo de recetas populares, para el salpicón de marisco existen un sinfín de variedades, añadiendo o quitando algún que otro ingrediente, pero siendo siempre la misma esencia.
Receta de salpicón de marisco
Ingredientes
- 500 g de mejillones frescos (o clotxinas si están en temporada) unos 20–25 piezas aprox.
- 300 g de gambas cocidas y peladas
- 2 patas de pulpo cocidas (unos 250 g aprox.)
- 1 tomate grande maduro (tipo pera o rama, pelado y sin semillas)
- 1 pimiento verde italiano (pequeño, limpio y sin pepitas)
- 1 cebolleta fresca (preferiblemente de sabor suave)
- 3 cucharadas de vinagre de Jerez (ajustar al gusto)
- 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (mejor si es de sabor suave)
- Sal al gusto
- Opcional: perejil fresco picado y un chorrito de zumo de limón
Cómo hacer salpicón de marisco
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Empezamos por los mejillones. Los limpiamos bien bajo el grifo, retirando las barbas y rascando las conchas si hace falta.
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En una cazuela amplia, añadimos una cucharada de aceite de oliva y, cuando esté caliente, incorporamos los mejillones. Tapamos y dejamos que se abran al vapor durante unos 3 minutos, moviendo la cazuela suavemente de vez en cuando sin destapar.
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Una vez abiertos, retiramos las conchas y reservamos la carne.
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Seguimos con el resto del marisco. Pelamos las gambas cocidas y las troceamos si son grandes.
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Hacemos lo mismo con las patas de pulpo cocidas, cortándolas en rodajas de bocado
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Picamos en dados pequeños el pimiento verde, el tomate (pelado y sin semillas) y la cebolleta fresca. Lo ideal es que todo quede bien finito para que se integre mejor en cada cucharada.
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Para montar el salpicón, ponemos en un cuenco amplio todas las verduras picadas y mezclamos. Después añadimos las gambas, el pulpo y los mejillones. Removemos con cuidado para no romper el marisco.
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La salsa la servimos aparte, para que cada persona pueda aliñar a su gusto. Mezclamos aceite de oliva virgen extra con vinagre de Jerez y una pizca de sal. Si queremos, podemos añadir un toque de limón o un poco de perejil fresco picado.
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Este plato está mucho mejor si lo preparamos con antelación. Si lo hacéis de un día para otro y lo dejáis en la nevera, gana muchísimo en sabor. También podéis prepararlo por la mañana para servirlo a la hora de comer bien fresquito, como entrante tipo ensalada.
Consejos para que el salpicón de marisco quede perfecto
Este plato tiene pocas complicaciones, pero hay algunos detalles que marcan la diferencia. Aquí van varios consejos útiles para que quede bien sabroso y con buena textura:
1. No escatimes en la calidad del marisco
Aunque se puede hacer con marisco congelado, si usamos mejillones y gambas frescas el resultado mejora muchísimo. El pulpo cocido que venden ya listo suele salir bastante bien, así que puede ser una buena opción para ahorrar tiempo.
2. Corta todo del mismo tamaño
El secreto de un buen salpicón está en el corte. Si todo está bien picadito y en trozos similares, la mezcla queda más equilibrada y agradable al comer. Además, así se impregna mejor con la vinagreta.
3. Respeta el reposo en frío
Es un plato que mejora con el tiempo. Lo ideal es dejarlo al menos un par de horas en la nevera, aunque si puedes dejarlo de un día para otro, mejor aún. No lo sirvas recién hecho porque no tendrá el mismo sabor.
4. No lo satures de vinagre
Mejor quedarse corto que pasarse. La idea es que tenga un punto de acidez que refresque, pero sin tapar el sabor del marisco. Si dudas, sirve el aliño aparte y que cada uno se lo ponga a su gusto.
5. Presentación cuidada si es para invitados
Si vas a servirlo en una comida especial, puedes montarlo en vasitos individuales o platos pequeños, decorando con un poco de perejil fresco o una rodajita de limón. Visualmente queda mucho más bonito que en una fuente grande
Si te gustan las recetas con marisco te recomendamos probar por ejemplo los mejillones en salsa, unos berberechos al vapor, o, si prefieres algún plato con marisco para alguna celebración te recomendamos una deliciosa crema de nécoras ¡te encantará!
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