Es una auténtica guarrada: El producto que por suerte no volverás a ver en los bares de España
900 bares bajo la lupa en Andalucía Una de las estampas más habituales en los bares de toda la vida —esa aceitera al centro de la mesa, casi siempre acompañada de vinagrera y salero— está en vías de extinción. Y no por casualidad, sino por una decisión firme de las autoridades. La Junta de Andalucía ... Leer más

900 bares bajo la lupa en Andalucía
Una de las estampas más habituales en los bares de toda la vida —esa aceitera al centro de la mesa, casi siempre acompañada de vinagrera y salero— está en vías de extinción. Y no por casualidad, sino por una decisión firme de las autoridades. La Junta de Andalucía ha lanzado un ambicioso plan de inspección para 2025, con el foco puesto en los establecimientos de hostelería que aún incumplen una norma clara desde hace más de una década.
Un total de 900 restaurantes, bares y cafeterías serán inspeccionados a lo largo del año en toda la comunidad, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de la normativa sobre el uso de aceite de oliva virgen extra (AOVE) en el canal HORECA —acrónimo de hoteles, restaurantes y cafeterías. Esta operación responde al marco legal estatal establecido por el Real Decreto 895/2013, en vigor desde 2014, que prohíbe expresamente el uso de aceiteras rellenables en la restauración.
AOVE: un producto estratégico bajo vigilancia
El nuevo plan no busca simplemente hacer cumplir una ley. Tiene un trasfondo económico y cultural de gran relevancia: el aceite de oliva virgen extra es el emblema de la agroindustria andaluza. La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha recalcado que mantener la calidad, trazabilidad y presentación del producto es esencial para preservar la confianza del consumidor y proteger el prestigio del aceite andaluz.
Por ello, el plan será ejecutado en coordinación con las delegaciones territoriales y los servicios de inspección de la Junta. El foco principal estará en las zonas turísticas, donde la afluencia de visitantes y la visibilidad del producto hacen más urgente el cumplimiento de la normativa.
¿Qué exige la ley exactamente?
Desde hace más de diez años, los bares y restaurantes están obligados a servir el AOVE en envases que cumplan varios requisitos específicos: deben estar etiquetados, ser irrellenables y contar con un sistema de apertura irrecuperable. El objetivo es impedir que se reutilicen con aceites de menor calidad, lo que supondría un fraude al consumidor y un daño directo a la reputación del producto.
La inspección no solo verificará el tipo de recipiente, sino también otros aspectos clave como el etiquetado, la fecha de consumo preferente y la trazabilidad del aceite. En caso de detectar irregularidades, los establecimientos podrían enfrentarse a sanciones que varían en función de la gravedad del incumplimiento, conforme a la legislación vigente sobre calidad agroalimentaria.
Una medida con respaldo del sector oleícola
La decisión de intensificar los controles ha sido bien recibida por los actores del mundo agrícola. Organizaciones como COAG y ASAJA han mostrado su apoyo a la iniciativa, destacando que “es una medida necesaria para proteger la autenticidad y la calidad del AOVE”. También valoran positivamente que se evite el uso de aceites de origen incierto o de menor calidad en la restauración, lo que puede suponer una pérdida económica para los productores andaluces.
Y no es para menos. Andalucía lidera la producción mundial de aceite de oliva, generando más del 80% del total producido en España y exportando a decenas de países. Jaén, en particular, se considera la capital internacional del olivar. Por eso, cada gota de aceite que se sirve en un bar representa también una parte del prestigio y valor económico de toda una comunidad.
El cliente, el gran beneficiado
La normativa no pretende ser una molestia para los bares, sino una garantía para el consumidor. Gracias a estos controles, quien se siente a desayunar una tostada o a mojar pan en un plato de salmorejo tendrá la certeza de que lo que está tomando es aceite de oliva virgen extra auténtico, fresco y de origen certificado.
La campaña de inspección, lejos de ser una persecución, aspira a normalizar algo que debería formar parte de la identidad de la hostelería andaluza: servir el mejor producto posible, con la mayor transparencia. A partir de ahora, en los bares de tu barrio, puede que no vuelvas a ver la clásica aceitera de plástico, pero ganarás en seguridad, sabor y respeto por uno de los tesoros gastronómicos de la región.
Para los más curiosos o escépticos, la Junta anima a consultar la normativa completa y a colaborar informando de posibles incumplimientos. Porque cuando se trata del aceite andaluz, no se trata solo de una botella en la mesa: se trata de cuidar una herencia milenaria y un motor económico vital.